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PLANTA BAJA

"SALA COMEDOR"

 

Pequeña pero acogedora sala-comedor, en la que la chimenea ayuda a dar esa sensación de estar en una verdadera casa de campo.

La alfombra y los cojines los puse porque creo que le dan calidez a la habitación.

 

 

En la mesa no faltan manjares para quitar el hambre que entra en el campo.

El pan y varias cosas más, lo hice yo con pasta de moldear y luego lo pinté.

 

Por supuesto en una de mis casas no podían faltar los perros y este está vigilando su hueso para que no se lo quiten. Tampoco he olvidado poner un par de paraguas que vienen muy bien en el campo. El suelo, lo hice también al estilo de mi padre, tablilla a tablilla ¡un trabajito! y luego lijar y barnizar ¡claro!

 

Me encanta el teléfono antiguo y por supuesto, siguiendo la línea de mi madre, la cortina la hice yo.

En el mueble hay un librito de cocina.

 

La chimenea tiene luces rojas centelleantes que dan la sensación de tener fuego y dan ganas de sentarse junto a ella para calentarse.

Por dentro la pinté de negro para darle más realismo y manché un poco el exterior de la piedra para que de la sensación de estar realmente usada.

La mecedora, un mueble que también a mis padres les ha gustado siempre, no podía faltar en una casa como esta.

 

En el paso del comedor a la cocina, no había mostrador (no venía en los fascículos) pero yo lo puse como tantas otras cosas, porque me gustaba más así. Por supuesto lo hice yo entero. El efecto de los ladrillos lo hice con papel adhesivo imitación a corcho y le pinté las líneas blancas para darle realismo, luego un toque especial y....¡parecen ladrillos!

Las vigas las golpeé antes de colocarlas para que pareciesen más reales, luego las lijé y barnicé y el resultado creo que mereció la pena.

 

La ventana de la sala en la fachada.

 

La misma ventana vista por dentro.

 

 

"LA COCINA"

 

Pequeña pero encantadora.

La cocina de leña, parece desprender olor a humo como las verdaderas.

Esos choricillos sin conservantes ni colorantes........¡de pueblo! ¡ñam ñam! colgados en ese bonito mueble de forja....y las verduritas de la huerta......

Tampoco podía faltar el típico tarrito de cuajada con perejil para los guisos, que está colocado junto a la cocina sobre el rollo de papel de cocina.

Junto a la fregadera una jarrita llena de cubiertos recién lavados.

Dentro, un estropajo verde y más cacharros para fregar.

No perdáis de vista la cestita con huevos sobre el mostrador ¡parecen reales!

Y ¿que me decís de las cortinas? me quedaron bien ¿no?

Me encanta el garrafón que está en el suelo, junto al mostrador ¡es auténtico!

Las baldosas del suelo, son de barro cocido auténtico, pegadas una a una y luego les di la pasta para las juntas ¡que tiene telaaaaa...!

No podían faltar en la cocina, la fregona y el escobón (junto a la fregadera) debajo del mostrador está el cubo, trapos de limpieza, el saco de pienso del perro, un queso y un pan que yo hice con pasta de moldear.

La ventana de la cocina vista de fuera, en la fachada.

En una casa hecha por mi, no pueden faltar las flores.

La misma ventana, vista por dentro.

 

 

 

"EL PORCHE"

 

Un espacio protegido de las inclemencias del tiempo, en el que los habitantes de esta casa, pueden sentarse tranquilamente o hacer trabajos en la mesa de herramientas que en él se encuentra. 

Aquí tenemos una caja de herramientas, una regadera vieja y por lo que se ve, alguien ha estado plantando nuevas flores.

Si hay algo que me gusta de las casas de campo, es que el exterior, es como una habitación más de la casa.

 

La ventana de la cocina que está sobre el fregadero, da al porche. Tiene una persiana de las de antes hecha tablilla a tablilla y unidas con hilo, que le da realismo. 

 

La señora, lleva un cesto lleno de ropa para tender en el tendedero.

Los niños juegan tranquilos mientras su padre los vigila desde el porche.

Alguien dejó aquí sus botas de goma. 

El perro, como buen guardián que es, ¡ya nos ha visto!

También este suelo, es de baldosas de barro cocido, pegadas una a una y rematadas con pasta para las juntas.

El niño juega con los perros e impide que el grande le quite la pelota al pequeño. 

En esta casa no faltan los animales, ni en la mía de verdad tampoco, ya que los considero unos grandes maestros, de los que no hay que prescindir, si queremos aprender lo verdadero de la vida.

 

Gemma Moreno Ruiz.



Herencia de familia    gemmamr@hotmail.es